Lo que debía ser una experiencia inolvidable, cargada de risas y juegos frente al mar, terminó en una desgarradora tragedia. Una niña de tan solo siete años falleció ahogada la tarde del viernes 11 de abril, durante una visita recreativa organizada por una casa de asistencia infantil de la Ciudad de México.

La menor, integrante del albergue “Hogares Providencia”, viajó junto a otros niños al puerto de Tuxpan como parte de un viaje especial. Para ella, era la primera vez que vería el mar: una ilusión que se convirtió en su último deseo cumplido.

Aproximadamente a las 17:00 horas, mientras el grupo convivía en la playa, la pequeña desapareció de vista. Fue cuestión de minutos para que el paseo se tornara en desesperación. Turistas y voluntarios comenzaron una intensa búsqueda en la zona, hasta que su cuerpo fue hallado flotando entre las olas del Golfo de México.

Los intentos por reanimarla fueron inmediatos, pero infructuosos. Cuando lograron sacarla del agua, ya no presentaba signos vitales. La escena, conmovedora, dejó a propios y extraños sumidos en el dolor.

Autoridades acudieron al sitio para tomar conocimiento de los hechos y proceder con las diligencias correspondientes. Hasta el momento, no se ha emitido una postura oficial por parte de la institución que organizó el viaje, aunque se espera que se inicie una investigación para deslindar responsabilidades.

La muerte de esta pequeña ha sacudido a la comunidad y plantea una amarga reflexión: ¿quién cuida a los niños cuando se supone que deberían estar viviendo sus sueños?

El mar, ese mismo que tantas veces regala alegría, hoy se convirtió en testigo de una pérdida irreparable.